La Estrella:
Hasta donde nos
alcanza la memoria hemos utilizado las estrellas fugaces para pedir deseos, las
hemos transformado en mensajeras de nuestras esperanzas ante los Dioses.
Hace muchos años y
en un lugar lejano uno de estos Dioses decidió caminar entre nosotros, tal vez
para que aprendiéramos de él, tal vez para aprender algo de nosotros, de
nuestra naturaleza humana... el caso es que eligió una estrella como símbolo
para anunciar su nacimiento, una estrella fugaz que recogía las esperanzas y
los deseos de aquellos hombres de aquella época lejana.
Las ilusiones de
muchas personas se cumplieron con aquella estrella, una estrella como la que
puedes ver en el cielo ahora mismo.
Hay que saber que
los deseos, esperanzas, ilusiones, aunque fugaces y pasajeras como la estrella
que los recoge y los entrega a Dios, son brillantes, puros y aparentemente
inalcanzables, también como la estrella.
Pero si sigues el
camino de la estrella como siguieron los Magos verás que toda estrella fugaz
tiene un punto final en su recorrido y allí encontrarás todo lo que deseas.
Sigue a tu estrella
y por muy larga que parezca su estela, estate dispuesto a andar el camino tras
su luz para poder alcanzar el deseo soñado.
Que acabe el año no
quiere decir que todo termine con él, gracias a Dios tenemos otro año que empieza
para poder retomar el camino guiado por nuestra estrella personal, esa estrella
que nadie más que tú puede ver y a la que cada noche confiesas tus deseos,
anhelos, esperanzas, sueños, confiando que el día siguiente sea el día en que
la estrella finalice su recorrido y te lleve a tu destino.
No pierdas eso,
todos nacemos con una estrella, dicen, creo que la estrella a la que se
refieren es esta...
¡Pide un deseo! Que
está pasando una estrella fugaz...
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