Los cuerpos invisibles del hombre:

Anima: Se aplica a la parte del “fluido universal” que posee cada hombre. También se le suele llamar “fluido vital”; los hebreos lo denominan Nepheseh, y para la filosofía oriental es prana, en sánscrito.
Animus: Este principio se localiza en el corazón y en el plexo solar, considerados como “centros” humanos. El animus es lo que produce el coraje, el valor,  el heroísmo y en general el arrojo y la impetuosidad en las grandes empresas. Es un conjunto psíquico de nobles sentimientos que se asemeja en todo al principio “astral” o linga sharira sánscrito de la filosofía oriental. Entendemos que también da cabida a otros sentimientos y emociones no tan elevados.
Intellectus: Es el entendimiento humano, el intelecto, tal como se expresa en sánscrito con el término kama-manas, una mezcla de racionalidad y emotividad inseparables. No es la Inteligencia en el amplio sentido de la palabra, sino apenas su sombra.
Ratio: No es tampoco lo que en la actualidad se interpreta por “razón”. Es mucho más que razón: es la más elevada propiedad del hombre pensante, el principio iluminador del entendimiento, que busca la verdad pura y que percibe los conceptos en su máxima sutileza. Para la filosofía oriental es Manas, la mente pura, sin las complicaciones que traban al intelecto o entendimiento.
Mens: Es los más similar al “alma” de las teologías cristianas. En cierta forma dirige a la ratio y al intellectus, pero va más allá porque puede prescindir del estudio intelectual y racional, para percibir la luz de la verdad a través de la intuición y la contemplación.  En sánscrito recibe el nombre de Budhi, el vehículo de la iluminación, el que puede acercarse a la deidad con mayor propiedad. Obsérvese que en las antiguas filosofías y durante el Renacimiento, se refieren a Dios a través de la “mente divina” y no del “ánima divina”. Por desgracia, la arcaica raíz de la palabra mens se ha confundido en las lenguas actuales con el entendimiento racional, en derivaciones tales como “mente”, “mentalidad”, etc…
Spiritus: Es el Gran Soplo, la chispa superior, el principio que mantiene en equilibrio a todos los demás. Es la Voluntad que tantas veces menciona Paracelso. Es el Atma de los filósofos orientales.
A todo lo anteriormente expuesto, hay que agregar la idea de que el hombre es una parte del universo y que, por lo mismo, está sujeto a sus mismas leyes, constituyendo un microcosmos dentro del orden superior o macrocosmos.


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