☿El mensajero de la imaginación que libera de la fatalidad.
Tal como postularon Bruno, Paracelso o
Jacob, la imaginación puede efectivamente mover montañas, poner en marcha a los
pueblos, y con ella los sueños pueden hacerse realidad. Pero para operar la transformación
de la visión de la realidad, el operador debe proyectar su voluntad con el
sentimiento más puro que posea. Según Ficino, la imaginación produce cuatro
sentimientos: deseo, placer, temor y dolor. Si no los controlamos agitan
nuestra alma perdiéndola (fantasía).
Nada está predeterminado de antemano. El
Hermes del Renacimiento trae consigo la conciencia y la necesidad de asumir la
incertidumbre.
Nada es imposible para una imaginación
suficientemente fuerte. Pomponazzi afirma: “Dios creó el universo imaginando,
el hombre a su vez crea la imagen de Dios… dispone de poderes analógicos
similares por lo menos en potencia”.
El universo es una imagen real de una
imagen que Dios ha imaginado. Dios imagina en Sofía (la sabiduría).
Comentarios
Publicar un comentario