☿Las características del Hermes del Renacimiento:


El reconciliador que restaura los conocimientos olvidados que liberan el alma.

Leonardo lo toma como “modelo” ideal de un sabio mago, arquetipo del filósofo politécnico.

El Hermes del Renacimiento reorienta el saber, impulsa una transformación del sentido a través de la reunión de los contrarios. Libera al hombre del Renacimiento del respeto medieval al orden pasivo y estático, y al alma de las preguntas demasiado evidentes, de las respuestas demasiado fáciles, de las soluciones aparentes.

Hermes, bajo su forma de Trimegisto, es su profeta, Platón su culminación y el Cristo la última epifanía de esta sabiduría.
 


“…de dos argumentos opuestos el uno descarta al otro.  Esto es lo que nos han enseñado. Si una mesa es negra no puede ser blanca, ni la noche puede ser al mismo tiempo oscura y luminosa. Hasta ahora ésta ha sido la base de todo pensamiento racional, ningún sabio ha tenido el atrevimiento de avanzar más, por temor a entrar en las tinieblas. Pero, aparte de la razón, poseemos la inteligencia y la intuición y esta noche se me ha revelado como la luz de un rayo, una aparición y una bendición, el conocimiento de la coincidencia de los puntos opuestos… esta coincidentia oppositorum… está por encima de nuestra razón, pero al alcance del intelecto; todos los puntos opuestos se encuentran en una perfecta armonía, lo negro y lo blanco, lo luminoso y lo oscuro, lo temporal y lo atemporal, el hombre y Dios, lo finito y lo infinito.

En el limitado mundo de la razón, en el mundo de mi sabia ignorancia, los puntos opuestos se anulan mutuamente, pero en el mundo de la Verdad superior (inteligencia-intuición), que se me ha abierto hoy, están y deben estar en armonía.

Puesto que los puntos opuestos se reencuentran en lo infinito, esto permite el conocimiento de la Unidad en lo infinito y la existencia de lo Uno en la múltiple existencia de lo temporal. En la Unidad de los puntos opuestos, el plomo puede convertirse en oro y el hombre tiene la posibilidad de vencer la muerte y alcanzar la vida eterna. Esta revelación… hará pedazos todos los dogmas conocidos hasta ahora, toda la Escolástica y toda la Filosofía”. Nicolás de Cusa, “Juan el Peregrino”.

El Hermes del Renacimiento es un espíritu reconciliador que busca con su voluntad la unión de los contrarios sin negar las partes ni disolverlas o uniformizarlas, respetando las diferencias, propiciando la unidad en la diversidad.

El hermetismo del Renacimiento propone una comprensión del mundo capaz de conciliar lo uno y lo múltiple; la fe y el conocimiento; la razón y la imaginación.

Hermes aparece como “un Santo, un protector de la Iglesia y un Mago”.

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